En memoria del Museo Militar del Castillo de Montjuïc, Barcelona
El Museo Militar del Castillo de Montjuïc, fue clausurado por el ayuntamiento de Barcelona, el 24 de mayo de 2009, fruto de la aprobación de la Orden ministerial del 27 de abril de 2007 que modifica la cesión del Castillo de Montjuïc al Ayuntamiento de Barcelona a condición de la conformación de un Consorcio y la substitución del Museo Militar por un Centro de la Paz. Ambas cosas han sido incumplidas.
Firma aquí por la constitución del Consorcio: https://www.change.org/p/ajuntament-de-barcelona-constituyan-el-consorcio-del-castillo-de-montju%C3%AFc-de-barcelona
Salvemos el Museo Militar
¿Por qué queremos salvar el Museo Militar?
Estimados Señores y Apreciados Amigos:
Desde l’Associació Amics del Castell de Montjuïc quisiéramos alzar nuestra voz contra el deseo de algunos en hacer desaparecer el Museo Militar del Castillo de Montjuïc.
El Museo Militar no se puede concebir como algo que venera la guerra.
Al contrario, un Museo Militar siempre es testigo de la historia, de la cultura, del arte y de la ciencia. Y muchas veces, de una historia que no queremos que se repita; precisamente por eso, siempre debe de existir uno.
Un Museo Militar, bien concebido, presentado y gestionado, al mismo tiempo que representante de la cultura militar, historia y tradiciones de un pueblo, tiene que ser un centro de la paz. ¡Las armas no se disparan solas!
Tenemos que educar a los que tan fácilmente acuden a ellas, porque así no se resuelven problemas. Y eso no se puede hacer borrando la memoria; quitando un Museo Militar.
El Castillo de Montjuïc y el Museo Militar que alberga, son un punto emblemático para la ciudad de Barcelona, y Cataluña. Al mismo tiempo siguen siendo un punto conflictivo lleno de dolorosos recuerdos para muchos. Aniquilar el Museo Militar del Castillo de Montjuïc significaría profundizar el conflicto y dividir aún mas a la sociedad. Algo que todos los que velamos por la convivencia pacífica y democrática, queremos evitar.
Además, el Castillo – Fortaleza de Montjuïc es el idóneo para albergar un museo de estas características, ya que el Castillo se puede considerar una pieza más de él. En 1793 se alojaron los primeros prisioneros franceses durante la Guerra de la Convención iniciando de esta forma una función de cárcel que duró dos siglos.
Perdida, dispersión e incluso desaparición del fondo patrimonial del Museo, que en gran parte procede de generosas donaciones de barceloneses y del resto de Catalunya. Entregas que han sido hechas con gran ilusión, ahora constituyen un fondo de cultura al servicio de la historia y todos los ciudadanos.
No podemos permitir que por segunda vez Barcelona, Cataluña y España pierden su colección de armas, un valioso patrimonio histórico y artístico, como ocurrió hace más de cien años.
El Museo de Armería de Don José Estruch, inaugurado en 1888, fue liquidado por su propietario cuando la remodelación urbanística de la Plaza Cataluña, impuso la demolición del edificio, en el cual sus fondos se exponían al público. La colección de Sr. Estruch era reconocida como la propiedad privada más importante de España.
A la Autoridad municipal no le interesó la adquisición de la Colección Estruch. Hoy estas extraordinarias piezas catalanas figuran en los fondos del Muse de l`Armèe, en París.
Si recorremos el mundo del Norte-Sur, Este-Oeste, en todos los países hallaremos su museo militar. No como una caja de horrores, sino como imprescindible lectura de la historia del país. Algunas veces se ha ganado, otras se ha perdido, pero no por ello deja de ser historia. Es el lugar ideal para reflexionar sobre lo que es capaz de hacer el ser humano, hasta donde puede llegar.
Barcelona, Cataluña y España, se merecen un museo de su propia historia tanto de épocas bélicas como de épocas de paz. En el siglo XXI tenemos que ser capaces de transmitir este legado tan valioso a nuestros hijos, nietos, etc; con una coherencia exacta de lo que es la Historia, nuestra historia, no lo que nos hubiera gustado que fuese.
Por todos estos motivos, l’Associació Amics del Castell de Montjuïc quiere y pretende ser fiel a la historia y es un gran reto para nosotros poder conservar este maravilloso legado. Eso sí, con un cambio total de su planteamiento y discurso museístico.
Nos gustaría que se hiciera eco de este llamamiento y pudiéramos entre todos con nuestra voz llegar a todos los rincones del planeta, agradeciendo de antemano cualquier sugerencia y apoyo para poder continuar con nuestra misión, aunque difícil no imposible.
Carmen Fusté Bigorra, Presidente
«MUSEO MILITAR DEL CASTILLO DE MONTJUÏC»
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El Museo Militar inaugurado en 1963, no fue el primero de este tipo con que contó la ciudad, en 1888 el financiero D. José Estruch y Comella había inaugurado en un local vecino a su vivienda, el Museo-Armería Estruch, que alojaba una colección de más de 1.200 piezas, considerada por algunos como segunda en importancia en España, tras la alojada en la Real Armería. La reordenación de la Plaza de Cataluña afecto los terrenos en que Estruch tenía su mansión, lo que supuso la clausura de su Museo-Armería y la posterior venta de sus fondos a un coleccionista francés.
Cuando el Castillo de Montjuïc fue destinado a alojar un Museo Militar en Barcelona, la colección más numerosa era la reunida en la Maestranza y Parque de Artillería, que desde Atarazanas se había trasladado al barrio de Sant Andreu. Contaba con algún instrumental procedente de la antigua Maestranza establecida en Barcelona en el año 1802, y con una importante colección de proyectiles y artificios de artillería, seleccionados por los oficiales del Cuerpo durante la primera mitad del siglo XX. Estos fondos y otros procedentes del Museo del Ejército, pasaron al Museo Militar cedidos por el Ministerio del Ejército, y el Ayuntamiento de la ciudad facilitó los pertenecientes a los Museos de Arte de Barcelona, Museo Arqueológico y Museo de Historia de la Ciudad , que con la colección de armas cedida por el escultor D. Federico Marés, y la reunida por el anticuario Sr. Quintana, permitieron la inicial exposición de 1963, posteriormente ampliada mediante fondos cedidos por particulares, así como los procedentes de unidades disueltas, cedidos por el Ministerio de Defensa.
Documentación / Imágenes / Textos: Gracias al apoyo del Ministerio de Defensa y IHCM
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Itinerario
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Visita virtual
Sala 2, Pinacoteca
La obra pictórica con que cuenta el Museo no es cuanta figura expuesta en esta Sala, que entre otras obras aloja tres óleos del pintor José Cusachs (1851-1908), una serie de plumas y carboncillos del mismo autor, un boceto de Ramón Martí Alsina (1835-1894) para su obra «El Gran Día de Gerona», y dos óleos con escenas relativas a la Guerra de la Independencia , concebidas desde la óptica francesa, obra de José Flaugier (1760-1812), director de la Escuela de Artes Nobles de Barcelona durante la ocupación francesa (l809-12).
Vestíbulo y escalera de acceso a planta inferior
En la escalera principal se suceden 47 retratos realizados en parte por Filipo Ariosto los años 1587-88. procedentes de la Audiencia Territorial. Colección que reúne los de Carlomagno (768-814) como creador de la Marca Hispánica, y sus sucesores Ludovico Pío y Carlos el Calvo, así como los de aquellos que desde 802, gobernaron el Principado como condes de Barcelona feudatarios del monarca francés, seguidos de los que a partir de 988 lo hicieron como condes independientes. Siguen a éstos los monarcas de la Casa de Austria (1516), y ya de otros autores, la Colección incluye los retratos de los últimos monarcas de es esta Casa, así como los de la Casa de Borbón (1700) hasta Isabel II (1833-1868).
Sala 7 – Colección Quintana
Figura expuesta en esta Sala la Colección de armas cedida en depósito por la familia Quintana, con varias generaciones dedicadas al comercio de antigüedades, y establecimientos en las ciudades de Barcelona y Figueras. La colección, reunida entre los años 1940 y 1960, cuenta con buen número de pistolas construidas en Cataluña, así como otras producidas en el País Vasco, en Francia, en Italia, producción destinada a los países árabes y balcánicos, y armamentos de munición que equiparon a los ejércitos que se batieron en España durante el conflictivo siglo XIX.
Sala 8 – Colecciones de pistolas, revólveres y rifles
Los fondos expuestos en esta Sala reúnen revólveres, pistolas y rifles de repetición. La colección de pistolas semi-atomáticas es la más completa, con muestras de buena parte de los modelos comercializados con las marcas CAMPO GIRO, ASTRA, STAR, LLAMA, RUBY, JO.LO.AR o de los fabricantes Arizmendi, Alkartasuna, Beisteghi Hnos. etc. entre las nacionales, y entre las foráneas, modelos Bergmann, Mauser, Menz, Ortgies, Sauer, Walther, Parabellum, F.N., MAB, Beretta, Colt, etc.
La colección de revólveres esta formada por piezas de finales del siglo XIX y principios del XX, en su mayoría de los tipos «Bull-dog», «Puppy», «Velodog», «Smith» y «Oscilante» de manufactura nacional, y algunos Colt y Smith & Wesson entre otros foráneos.
La exposición de rifles de repetición reúne modelos para caza mayor de manufactura europea, con ejemplares producidos por Santa Bárbara, Krupp, Parker-Hale, etc. Otros se ofrecen obra de armerías que abordaron su producción utilizando armamentos militares, aligerándolos y dándoles el aspecto propio de los modelos deportivos. Son numerosos los rifles Winchester y sus copias nacionales, comercializadas con la marca TIGRE por la firma G.A.C., así como la variedad de modelos para cartuchos calibre 9 mm. largo, comercializados con las marcas MONTSERRAT, DESTROYER, PAZ, JÚPITER etc.
Sala 9 – Armamento reglamentario, siglos XIX Y XX
La exposición que se ofrece en esta Sala muestra la evolución del armamento portátil reglamentario del Ejército Español durante los siglos XIX y XX. El armamento de antecarga, con cañón liso y llave de chispa, en uso durante todo el siglo XVIII, mediado el siglo XIX, comenzó a evolucionar. Primero cambió la llave, que pasó a ser «de percusión» (1846), luego los cambios se produjeron en el cañón, que se hizo «rayado» (1851), y «de retrocarga» (1867). A la «repetición» (1893) se llegó mediante los depósitos de carga y sistemas de alimentación. Siguieron los «semi-automáticos» (1906) y «automáticos» (1922), para llegar a los «fusiles de asalto» (1958).
Sala 10 – Sables y espadas, siglos XIX Y XX
Los fondos expuestos en esta Sala permiten observar la evolución de las armas blancas, durante el periodo de generalización de las de fuego. Durante los siglos XVIII y XIX, el uso «en combate» de espadas y sables ocupó únicamente a las fuerzas montadas, pero como » distintivo de categoría y mando » su porte se mantuvo en todas las armas y cuerpos del Ejército. Para Generales, Jefes, Oficiales y Clases de tropa, el ceñido de espada o sable era algo inherente a vestir uniforme, una más de las reminiscencias del pasado que se mantenían en el atuendo, sin otra razón que la de no concebirse pudiera ser otra forma.
Sala 11- Ametralladores y morteros
En esta Sala contemplamos las llamadas «máquinas de guerra»: ametralladoras pesadas y ligeras, lanzagranadas, morteros y fusiles contra carro. En exposición, el ejemplar más antiguo es una ametralladora Nordenfelt con cureña de desembarco, pieza de cinco cañones que se disparaban simultáneamente a cada movimiento de una palanca accionada por su sirviente. A las ametralladoras de este tipo, «mecánicas», se sumaron las «automáticas», que el desarrollo de la pólvora sin humo hizo definitivas.
Figuran en exposición, ametralladoras Maxim, Hotchkiss, Colt (Browning), Schwarzlose, Fiat, etc., fusiles ametralladores Maxim MG 08/15, Maxim Koleshnikov, y Maxim-Tokarev, morteros Valero de distintos calibres, con muestras de sus granadas, lanzagranadas, fusiles contra carro, etc.
Sala 12- Fusiles ametralladores y subfusiles
Los fondos expuestos en esta sala reúnen básicamente, ejemplares de ametralladoras ligeras, fusiles ametralladores y subfusiles. La Gran Guerra 1914-18 originó la aparición de estas armas automáticas, destinadas a cubrir aquellos servicios en que la movilidad desaconsejara el acarreo de las pesadas ametralladoras en existencia. Figuran expuestos los primeros fusiles ametralladores con que contó el Ejército español, los Hotchkiss adoptados en 1922 y 1925, así como muestra de la variedad utilizada durante la guerra civil 1936-39, los alemanes MG 13, MG 15 y MG 34, los checoslovacos ZB vz 26 y ZV vz 30, los soviéticos Degtyarev DP 1928 y DT 1929, los italianos Breda M 5c. y Md. 30, los franceses Chauchat 1915 y Chatellerault M.1924/29, los ingleses Lewis y Bren, etc.
La colección de subfusiles reúne modelos producidos en España, como los «Labora-Fontbernat», «Naranjero» y «Coruña», y otros foráneos como los Schmeisser MP 28 II, Erma (EMP), Tallinn Md.1923, Bergmann MP 35/I, Thompson, Sten etc. Complementan esta exposición una serie de modelos de pistolas de señales, entre ellas las españolas de 1921 y 1943, junto con otras alemanas, checoslovacas, francesas, italianas e inglesas, utilizadas durante la guerra 1936-39.
Sala 13- Fusiles de repetición
La exposición de esta Sala se dedica a ilustrar acerca de las armas largas de repetición, con modelos de los distintos sistemas aparecidos a finales del siglo XIX, y otros que lo hicieron ya en el siglo XX, algunos de fabricación nacional, junto con los alemanes, franceses, rusos, polacos, checos etc., llegados a España durante la guerra civil 1936-39. Complementa esta exposición ejemplares seccionados del fusil de asalto CETME B., así como subfusiles Star Z-62.
Sala 14 – Dioramas, guiones
Esta Sala ofrece una exposición de guiones, reposteros procedentes de dependencias militares, así como la colección de banderas reproduciendo las muestras sobre las que, en 1785, Carlos III decidió el modelo destinado a constituir distintivo de la Real Armada. Doce muestras combinando colores, entre las que resultó elegida la que mostraba dos franjas rojas y una amarilla, las tres de igual anchura, que el monarca modifico, dando a la amarilla doble anchura que las rojas. Fue en 1843 que esta bandera de la Armada , fue adoptada como enseña del Ejército y de la Nación.
Sala 15- Banderas y Colección Ricardo Roquet
La exposición en esta Sala comprende las banderas históricas de que se dispone. La bandera Coronela del 1er. Batallón Ligero de Barcelona, fuerza que en 20 de abril de 1793 se ofreció a Carlos IV vestida, armada y mantenida por la ciudad de Barcelona, incorporándose al ejercito del Rosellón. Banderas de los batallones barceloneses de la Guardia Nacional , de los Voluntarios Catalanes enviados a Cuba (1869), de los cuerpos francos de la República Federal (1873), y de unidades que combatieron, enfrentadas, durante la guerra civil 1936-39, así como algunas banderas y estandartes ajustados a los reglamentos de 1945 y 1981, procedentes de unidades disueltas.
Complementa esta exposición, la Colección Roquet de cubrecabezas utilizados por las fuerzas armadas españolas durante el periodo comprendido entre los años 1850 y 1950, con cascos de caballería y shakós, leopoldinas, teresianas, roses, gorrillos cuarteleros, gorras de plato etc., utilizados por las distintas armas y cuerpos del ejército, sin faltar los bicornios de marina, y bicornios y tricornios de la Guardia Civil
Sala 16- Uniformes, Colecciones Cucurella y Cuxart
En esta sala se exponen uniformes militares españoles, cedidos en depósito por los coleccionistas Sres. D. Juan Carlos Cucurella y D. Juan Cuxart, en su mayor parte ajustados a los reglamentos de uniformidad publicados en el siglo XX. Pellizas, guerreras, capotes, tabardos, capotes-manta, tres cuartos, saharianas, monos y chaquetillas, de gala y de diario; así como también roses, gorras de plato, boinas, chambergos, cascos y gorrillos cuarteleros. Se puede observar, además de los diversos tejidos empleados en su confección (paño, algodón, piel, fibras sintéticas…) y los colores utilizados (azul tina, grancé, rayadillo, azul, kaki, camuflaje…), la evolución de detalles característicos tales como la forma de los cuellos de las prendas (altos, vueltos, abiertos, cerrados, con solapa…) y otras partes de los uniformes (breeches, pantalones, correajes, bandoleras, pantalones-polaina, cartucherines, golas, leggis, vendas…), evolución que, siguiendo los dictados cambiantes de la moda de los últimos cien años, ha acabado por configurar el uniforme del soldado de hoy.
Sala 17- Maquetismo
Esta Sala esta dedicada a la exposición de miniaturas militares y dioramas. Centra la exposición la maqueta, obra del miniaturista Sr. Almirall, reproduciendo la revista militar celebrada en la Plaza de la Armería del Palacio de Oriente el día 27 de noviembre de 1975, tras la proclamación del Rey Don Juan Carlos I.
Complementa este conjunto una muestra de las miniaturas de armamentos medievales realizada por D. Juan Serra, así como dioramas con escenas de la 2ª Guerra Mundial, y modelos en material plástico, donados por los miniaturistas señores. D. Mariano Alemany, D. Juan Parellada, D. Ramón Tuero, D. J.A, del Foro, D. Hector Vidorra, D. Guillermo Camprubí y D. Manuel Pérez Franco.
Sala 18- Estelas hebreas de Montjïc
Se exponen en esta Sala restos arqueológicos hallados en la montaña de Montjuïc, principalmente estelas funerarias con inscripciones hebreas procedentes de la necrópolis judía que estuvo ubicada en esta montaña, documentada a partir del siglo XI y extinguida a finales del XIV. La Mons Judaicus (montaña de judíos), que originó la posterior denominación de Montjuïc.
Tras la disolución de la comunidad israelita, las lápidas de su necrópolis fueron utilizadas en distintas construcciones. Nada parecía restar de ella en el siglo XVIII, pero en posteriores desmontes y excavaciones se localizaron las hoy expuestas en esta Sala, documentando la historia de la montaña.
Sala 19-Exposiciones temporales
Sala destinada a albergar exposiciones temporales sobre temas monográficos, dentro de un programa en que la entusiasta colaboración de algunos coleccionistas posibilita el estudio y contemplación de piezas que, en su calidad de fondos de propiedad privada, tienen usualmente restringido su acceso al público en general.
Sala 20 – Efemérides, 1808-14 y 1859-60
Dedicada a señalar la aportación de Cataluña a los hechos en que se distinguió el Ejército Español, los fondos reunidos en esta Sala hacen referencia a dos momentos históricos: la Guerra de la Independencia 1808-14, y la Campaña de África 1859-60.
Sala 21 – Militaria
Los fondos reunidos en esta Sala tienen en común el haber sido en su mayoría ingresados en calidad de donaciones realizadas por particulares, que de forma altruista han deseado ceder al Museo distintos objetos de interés histórico, ya sea recuerdos familiares, o fruto de la actividad coleccionista de los donantes.
Figuran expuestas colecciones de medallas y condecoraciones militares y civiles, bayonetas, proyectiles, municiones, efectos de uniformidad, miniaturas militares y demás efectos que en la actualidad se engloban en la calificación de «militaria».
Sala 22 – Capilla
Planta inferior – Sala I
En esta Sala figura expuesta buena parte de la colección de armas astadas con que cuenta el Museo, producidas durante los siglos XV al XVII, reuniendo picas, alabardas, espontones, guisarmas, martillos de armas y porras de guerra.
La pica equipó a la Infantería hasta su sustitución por el fusil con bayoneta, a inicios del siglo XVIII, durante el cual las armas astadas vieron reducida su utilidad a constituir «distintivo». El espontón lo fue de los Oficiales entre 1704 y 1768, y la alabarda lo fue de los Sargentos hasta 1787.
Sala II – Planta inferior
Las vitrinas de esta Sala reúnen importante colección de armas blancas europeas a datar entre los siglos XVI y XVIII, espadas y sables ordenados según el tipo de su guarnición, piezas convencionales con guarnición de cruz simple, de lazo, de taza, walonas, de conchas unidas o conchas simples, de barquilla con o sin vela, etc. La guarnición permite establecer en estas piezas la época en que fueron utilizadas, no siempre coincidente con la fecha de manufactura de sus hojas.
Sorprenden por su número y variedad las piezas que componen la colección de espadines, armas a las que el tratadista Almirante definía en su Diccionario (1869) como » inofensivo y conocido pincho que todo el mundo llevaba en el siglo pasado «.
También figura expuesta en esta sala una armadura alemana, (fig. de la izquierda) completa, del siglo XV, montada sobre maniquí. Sin duda la mejor de las cuatro con que cuenta el Museo. Las tres restantes están situadas en la Sala III.
Sala III – Planta inferior
Siguiendo el recorrido del ala derecha se llega al espacio calificado como Sala III, que a diferencia de la anterior no muestra una exposición limitada a determinado género de fondos, reuniéndolos variados en sus distintas vitrinas. Armamentos con interés etnológico procedente de zonas vecinas, como el Norte de África, o más alejados, de origen balcánico, turco, persa e indo-persa, árabe etc., hasta los originarios de territorios situados en nuestras antípodas, japoneses y filipinos.
Otras vitrinas muestran las colecciones de estribos y bocados de caballería construidos entre los siglos XVII y XIX, colecciones de sables de caza y de guerra, de puñales, cuchillos y dagas construidos durante los siglos XVI y XIX, así como una colección de polvoreras y cebadores, que reúne piezas elaboradas durante los siglos XVII al XIX, complemento imprescindible de las armas de fuego hasta ser desplazados por la moderna cartuchería. El contenido de la polvorera se utilizaba en la carga del cañón, mientras que el cebador guardaba la pólvora fina, a situar en la cazoleta de la llave.
También se expone esta sala la colección de ballestas, con piezas de los siglos XVI al XVIII, con sus accesorios: cranequines, gafas y tornos a utilizar en el tensado de los arcos, y proyectiles: virotones, saetas y dardos. Arcos y ballestas equiparon los ejércitos hasta verse sustituidos por los arcabuces durante el siglo XVI.
Citaremos por último la presencia en esta sala de las colecciones de armas blancas defensivas, de los siglos XV, XVI y XVII: petos, espaldares, celadas, bacinetes, borgoñotas, capacetes, morriones, equipos en malla, etc., así como tres armaduras del siglo XVI montadas sobre maniquí, una de origen francés y las dos restantes italianas. Completan la exposición varias armas astadas, porras y mazas de armas, así como varias espadas y mandobles de los siglos XVI y XVII.
Sala IV – Planta inferior
El espacio calificado como Sala IV se inicia en el que a su derecha muestra el vestíbulo inferior de la escalera central que da acceso a la plaza de armas, únicamente utilizada en los días festivos. En dicho vestíbulo varias vitrinas reúnen miniaturas militares de distintos tamaños, fundidas en plomo o estaño en variedades «planos» y «de bulto», así como obtenidas de las denominadas «láminas de soldados», pacientemente recortadas, fortalecidas mediante cartulina y situadas sobre peanas.
La Sala IV se ve utilizada en exposiciones temporales, que de no estar programadas, se dedica a ilustrar acerca de la Academia de Matemáticas, establecida en Barcelona entre 1699 y 1705, y restablecida en 1720, que a las materias de matemáticas, artillería, delineación de temas militares y cartografía, sumaba la arquitectura civil. Desde 1717 los estudios universitarios solo podían obtenerse en la ciudad de Cervera, y la Academia de Barcelona hacía posible la existencia en esta Ciudad, de un centro de enseñanza que proporcionó arquitectos e ingenieros militares igualmente aptos para desarrollar sus conocimientos en el campo de la arquitectura civil, religiosa o militar, en el del urbanismo y en las obras públicas.
Sala V – Planta inferior
Constituye la Sala V el extremo de la galería, con exposición de piezas de artillería de distintas épocas. Correspondientes al siglo XVIII son las producidas en la Fundición de Artillería de Barcelona: un cañón de á 24 libras , obra de Pedro Ribot, fechado en 1727, un cañón de a 16 libras, también obra de Pedro Ribot, fechado en 1720, y un mortero cilíndrico de a 12 pulgadas, obra de Francisco Mir, fechado en 1737. Otras piezas expuestas son un cañón recamarado de a 32 libras, fechado en 1679, que se indica trazado por Vicent Bru, obra del fundidor de campanas Francesc Cases. Un par de cañones del calibre irregular de á 2 libras, y dos morteros cónicos fundidos en Sevilla, uno de á 14 pulgadas, del año 1802, y otro de a 12 pulgadas del año 1793. Piezas de la Ordenanza de 1783, que como material de plaza aún se señalaban en servicio el año 1905, como morteros de bronce de 32 cm. y 27 cm. Trece ejemplares del primero, y veintidós del segundo, artillaban el Castillo de Montjuïc en el año 1887.
Procedentes del antiguo Parque y Maestranza de Artillería de Barcelona, otras piezas expuestas en esta Sala son dos cañones de montaña: el Schneider de 70/16 modelo 1908, y el de 75/22 fabricado en Sevilla el año 1943. Un obús de montaña Schneider de 105/11 modelo 1919 fabricado en Trubia, un cañón contra carros de 45/44 Marca III de la Fábrica de Placencia, fechado el año 1943, un cañón de campaña Krupp de 77/24, un cañón Nordenfelt de desembarco, de 17 mm, un cañón italiano de acompañamiento de infantería, de 47/32 Md. 35, y dos ametralladoras antiaéreas de 15 y 20 mm. respectivamente.
Sala VI – Armas de fuego, s.XVII y XVIII
Continuando la visita por el ala izquierda se accede a esta Sala, con exposición de armamento portátil europeo, de fuego, a datar entre los siglos XVII y XIX. Se exponen arcabuces con llave de rueda, mosquetes con llave de serpentín, y trabucos, escopetas y pistolas con llaves de chispa así como con llaves de percusión.
Destaca la colección de armas de origen catalán, industria que floreció en el Principado durante los siglos XVI, XVII y XVIII, feneciendo mediado el XIX. La originalidad de esta producción autóctona, su indiscutible calidad y el preciosismo de su decoración, han dado fama mundial a las que suelen reunirse en la calificación de «armas de Ripoll», en referencia a la villa en que los gremios armeros reunían mayor número de artesanos.
Sala VII – Planta inferior
Figura expuesta en esta Sala la «División», obra del admirado coleccionista de miniaturas militares D. Arturo Llovera Grases (1889-1980), compuesta por una brigada a pie, con su Mando, Escolta, Estado Mayor, un Regimiento de Infantería de Línea, un Batallón de Cazadores de Infantería y unidades de Artillería de plaza, de Ingenieros y de Transmisiones. La brigada hipomóvil y automóvil se compone del Mando y Estado Mayor, un Grupo de Artillería de Montaña a lomo y en limonera, otro Grupo de Artillería Ligera, un Regimiento de Caballería, mixto de Lanceros y Húsares de Pavía, un Grupo de Intendencia y otro de Sanidad. Como complemento varios grupos de Alabarderos, Guardia Civil, Carabineros, Regulares y la Legión , totalizando un número superior a las 11.000 piezas que requieren mas de 90 metros de vitrinas.
En la construcción de las piezas que componen la «División» de D. Arturo Llovera, trabajaron Eulogio González, Baldomero Casanellas y los hermanos Capell, industriales barceloneses que introdujeron en España la fabricación de este tipo de figuras. Considerada como concluida en 1927, en 1929, con ocasión de la Exposición Internacional , figuró expuesta en la cumbre del Tibidabo.
Sala VIII – Fortalezas y Castillos
Sala dedicada a los castillos y fortalezas catalanes, con maquetas a escala de los castillos de Montjuïc, en Barcelona, y de Montsoriu, en la comarca de la Selva. De la fortaleza de Cardona, del castillo de la Zuda y la Seo Vieja de Lérida, de las fortificaciones de la ciudad de Gerona en 1808, y de fortaleza de San Fernando, en Figueras, que en su momento fue considerada la mayor de Europa.
También se expone en esta Sala una importante colección de espuelas, principalmente americanas y europeas, a datar entre los siglos XVII y XIX.
Patio de armas y terraza
El material de artillería que figura en el patio de armas, reúne piezas de distintos tipos correspondientes a la primera mitad de nuestro siglo. Piezas españolas como el obús Schneider de 155/13 Md. 1917, la transformación de este obús en cañón de 149,1/24, la transformación del obús Vickers de 105/22 Md. 1922 en cañón de 105/30, un cañón naval Vickers de 120 mm ., de los que equipaban los destructores de la serie «Sanchez Barcaiztegui», un lanzacohetes L-21/E3 fabricado en Trubia en 1969, etc.
De fabricación alemana figura un cañón de costa Krupp de 150 mm . Sk. L/40 de la Kriegsmarine , procedente de la batería de Badalona, y dos piezas antiaéreas: los cañones 75/36 Flack y 88/56 Flack 18, y un cañón PAK 75/46. De fabricación italiana figura un cañón de campaña Ansaldo de 105/28, copia del francés Schneider de igual calibre, Md. 1913, que equipó las fuerzas del C.T.V. durante la guerra 1936-39.
Entre las Salas 17 y 18 del Patio de Armas, se encuentran las escaleras de acceso a la terraza-mirador, que permite una privilegiada visión de 360 grados en la contemplación de la ciudad y sus alrededores, así como de los distintos elementos de fortificación de este Castillo, rodeado de jardines en que figuran también varias estatuas de bronce, entre ellas la que reproduce el «Timbaler de Bruch», el tambor del Somatén de Sampedor que, según la leyenda, con sus redobles provocó el desenlace de las batallas del Bruch (1808), obra del escultor D. Federico Marés (1893-1991), artista que en 1962 contribuyó destacadamente a incrementar los fondos de este Museo Militar cediendo su importante colección de armas.
Piezas de singular interés
- 01 – Avisperos de Manuel Gárate
- 02 – Carabinas Mauser español – Mod. nº 2
- 03 – Carabinas de 9 mms. para Somatén
- 04 – Producción catalana de guerra, 1936-1939
- 05 – Las fábricas de guerra de la República, en el Levante
- 06 – Armas de aguja sistema Soriano
- 07 – Ramón Zuloaga, examinador de las RR.FF. de Placencia
- 08 – El fusil sistema García Sáez
- 09 – Pistolas «comerciales» catalanas del siglo XVIII
- 10 – La llave «a la moda» en armas catalanas
- 11 – La llave «a las tres modas» en armas catalanas
- 12 – Las llaves «a la francesa» y «a la española» en armas catalanas
- 13 – Producción catalana de armamentos de munición
- 14 – El Pedrenyal catalán
- 15 – Manufactura catalana de pistolas de bolsillo
- 16 – Las espadas “PAPPENHEIMER”
- 17 – La GUARDIA CIVICA de Pio IX
- 18 – Espadas y sables de abordaje
Exposición “Ingenieros, Soldados y Sabios”
El Museo Militar del Castillo de Montjuïc, fue clausurado en el año 2009 y en su defecto, les invitamos a visitar la Exposición “Ingenieros, Soldados y Sabios”.
Ingenieros, Soldados y Sabios, es el título de la exposición temporal, instalada en el Palacio de Gobierno de Barcelona que aborda la historia y el papel del Ejército en Cataluña, entre la que se cuentan más de 2700 asistentes, pudiendo llegar a ser el embrión del futuro Museo Militar de la ciudad Condal.
Las piezas museísticas y los recursos audiovisuales que se han reunido en la exhibición destacan, en primer lugar, como la Ciudad Condal se convirtió, en el siglo XVIII, en centro del desarrollo científico y tecnológico de España gracias a la creación de dos importantes centros de enseñanza militar: el Real y Militar Colegio de Cirugía y la Real y Militar Academia de Matemáticas.
En la segunda sala se cuenta la labor del Cuerpo de Ingenieros militares a lo largo de los tiempos, y se muestran algunos de los instrumentos que utilizaban para realizar sus trabajos de fortificación y de construcción, también de edificios civiles.
La tercera sala es un resumen de los más de quinientos años de historia del Ejército Español, en donde se repasan episodios como la Guerra de Flandes, la Guerra de la Independencia o las Guerras Carlistas, con cuadros de batallas, uniformes de época y armamento.
Martes a Sábado – 10 a 14 hs
Entrada Gratuita
Palacio de Gobierno Militar – Plaça Portal de la Pau, s/n, 08002 Barcelona
https://ejercito.defensa.gob.es/noticias/2016/08/5407_expo_gobierno_militar_barcelona.html
Fuente: IHCM PIRENAICO